febrero 17, 2010

Volvé

El recuerdo de tus zapatos golpeando el piso de madera al bajar las escaleras. El olor de tu desodorante atrapado en las sábanas deshechas. El golpe que dio la puerta y sonó a un espejismo de vidrio y sangre incrustándose en mí.

En mi cabeza. En mis oídos. En mi boca.





Gusto a vidrio. Gusto a sangre. Gusto a puerta que se cierra.

Las manos frías que ya no saben cómo calentarse. El corazón atado a la cama esperando verte aparecer. Delirio. El castigo de una rutina odiosa que esclaviza. Comer, dormir, extrañarte. Comer, dormir, extrañarte. Comer, dormir, extrañarte…

El vacío de muchas caras y en ningún lado la tuya.

Todos fingen no verme, para no tener que sentirse mal por mí. No quiero que me consuelen, sólo quiero huir. Correr a tus brazos para que vos me consolés. Para contarte que ahora que vos no estás y la vida deja de ser un cuadro de Picasso para tener algo de sentido, ya no quiero que lo tenga.

Sólo te quiero a vos.

Volvé.



Anna.

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