febrero 22, 2010

La idea era no existir. No existir… aunque el concepto iba un poco en contra de los principios que siempre quise que fueran míos. Los sigo deseando, de vez en cuando, de lunes a viernes, de ocho a doce. Los fines de semana un poco más. Sólo cuando me siento sola.

La idea era no existir, pero era un concepto tan abstracto –o tan concreto, no sé- que no me cabía en la imaginación. Y así y todo, lo deseaba. Deseaba, necesitaba perderme. Lo que fuera por no sentirme como me sentía.Y hasta tenía un plan. Sí, un plan para no existir. Y no era precisamente matarme, porque en la cabeza, al menos, me cabía otra vida, otra existencia. Y yo quería no existir.

Así que el plan, básicamente, era dejar de ser yo. Fácil, en un mundo tan lleno de caras para imitar. En un mundo tan llenos de máscaras, y máscaras de máscaras. Te juro que lo intenté… Pero cada vez que me ataba el nudo a la nuca, vos aparecías de sorpresa para, entre broma y broma, dejármelo caer de nuevo. Vos y tu estúpida manía de ser optimista. Vos y tus estúpidos besos pegajosos. Vos y tus estúpidas versos robados. Vos y vos y vos.

Porque yo quería no existir, sólo para escaparte. Y por vos que no puedo hacerlo.

A la mierda con todo. Me dejaste sin plan, sin ganas, sin mí y sin vos –a veces pienso que lo haces de gusto-. O me vas a decir que fue sin querer que me dejaras. O me vas a mentir, que todavía pensás volver. O me vas a devolver mis ganas de perderme, para no tener que pensar en vos nunca más.

Ya sé, es mi culpa por no querer olvidarte. Eso me vas a decir.

Y yo me voy a quedar pensando cómo hacer para no estar aquí. Para desaparecer de todos lados. En definitiva… para no existir.



Anna.

1 comentario:

  1. Tal vez por eso te leo con tantas ganas, tal vez este texto es la clave. Tal vez sea que los dos tenemos un fantasma que nos sigue. Tal vez por eso me gusta tanto tu prosa. Tal vez por eso creo que te comprendo.
    Tal vez.

    ResponderEliminar