marzo 28, 2016

"Estoy bien. Bien hundida, bien decepcionada. Bien vacía, bien harta, bien rota. Bien triste. Bien cansada... Definitivamente: estoy bien."


Frida Kahlo
No, nunca supe escribir. Si existe un género para lo que yo hacía... hago (en mi cabeza siempre es en presente) debería llamarse en todo caso algo así como "catarsis poética". Y el subtítulo o la definición de diccionario sería algo así como escribir para no matarse, o escribir porque aunque una no sepa rimar, aunque no tenga ganas de ponerse a estudiar métrica y advervios, si no escribís el mundo se transforma en un monstruo horrible -sí, así, sin nada de camuflajes literarios: el mundo es un monstruo horrible, como lo diría un chico, o un tonto, o yo, totalmente apabullada de vacíos. Y mirá cuántos oximorones tenés en una sola oración: puedo usar decir que el mundo, como un monstruo horrible me va a terminar de aplastar con su enorme pie de coloso, así, simple, hasta absurdo se podría decir, y a la vez usar en la misma oración la palabra apabullar, que seguro que no la conoce cualquier chico, apabullada de vacíos, qué oxímoron más horrible y más hermoso: llena de nada.
Escribir para no desaparecer. Porque aunque nadie te lea, aunque nadie te sepa el nombre, existís, estás acá, sos una mancha más en este universo tan enorme, una mancha minúscula aferrándose a su pequeñísima de existencia, a su falta de existencia, a su existencia ignorada o ignorante o indiferente o qué más da. Estás y no estás, a veces estás sin querer estar y otras no estás y cuánto, cuánto, cuánto te gustaría...

Qué narcisista, escribir para así cobrar algo de masa gravitacional en algún otro lado de una pantalla, donde estoy ahora, a cien cuadras de tu casa, o a mil, o en otro continente, con la lamparita de noche prendida, con los anteojos a medio poner, envuelta en una colcha como un gusanito de seda. Escribir, como un despropósito de amor propio, o como un buscar en algún lugar la evidencia de algo tangible. Escribir para alcanzar(¿me/te?). Escribir para buscar(¿me/te?). Escribir para encontrar(¿me/te?). Escribir porque gritar en la vía pública no es de persona cuerda (como si escribir fuera de persona cuerda, o como si existiera realmente alguien cuerdo).

No, no sé escribir. Por eso no puedo decirlo. Por eso no puedo salvarme. Por eso estoy condenada a desaparecer.

Anna.

marzo 23, 2016

Des-

Cómo explicarse esta sensación de guante dado vuelta estas ganas de ser otra cosa en Paris fumar Parisiennes y hacer malabares y trucos con las cartas y las manos la mano que baja sobre tu espalda tensa esquivando tu remera me ensancho en tus caderas frías y sigo como escuchando tu música de sirena filosa que sueña con cosas para mi inalcanzables esas manos con el olor acre del cigarro negro alguna copa de cristal señalada un mantel tinto y un par de ojos vendados y darse cuenta que esos dedos no son míos que esos dedos pueden masticar vidrio y doblarte la cara y escupir el cielo y todo a la vez perfumado por ese Paris que no soy yo el que te siente escalofriante en el calor helado de ese muslo en el que palpito soñándome gigante capaz de soplar al unísono todo este álbum de fotos rotas que me ropen en este llorar de bobo ridículo el lagrimón cíclope sobre tus sábanas transpiradas de tanto mirar barcos y provarse disfraces excéntricos frente a un biombo de espejos para que opinen la tía Roberta Yolanda y obvio Pierre y de alguna manera el infinito de muñequitas rusas que sos cada una con su inmensidad reprimida estremecidas de no poder morder la luna y de sentir el lagrimón que rechazás con un manotazo certero que me devuelve a este el mundo donde los diarios se escriben con tinta y la muerte con sangre y las manos son de uno y el calor es una sensación térmica este mundo donde esbozo una queja aunque esté derrotado sabiendo que mi intento de sobreponerme a tu voluntad violentando tu pijama rojo gastado es más estéril que mi sueños de trapecios y seguridades de ecuación por eso aunque otra vez esté en tu muslo y en tu oreja y tu respiración vuelva a precipitárseme como un viento norte de barco de botella estar convencido de que sí tu isla puede ser realmente mi isla aunque no tenga dos soles y no me guste bailar bajo la lluvia.

- Estás realmente loco. Me llamás que venga urgente a tu casa que no conozco, que es re importante y me leés esto.
- No te gustó.
- No seás boludo, está bueno. Es raro ¿qué es? ¿Prosa poética?
- Sí, puede ser.
- No seás tonto, sabés que está bueno. ¿Cómo se llama?
- "Des-".
- ¿Des?
- Sí, es un prefijo de desarmar, deshacer, desalojar, despegar.


Blas Rivadeneira
Del cuento "Cartas"

marzo 19, 2016

To one in Paradise

Thou wast all that to me, love,
For which my soul did pine-
A green isle in the sea, love,
A fountain and a shrine,
All wreathed with fairy fruits and flowers,
And all the flowers were mine.

Ah, dream too bright to last!
Ah, starry Hope! that didst arise
But to be overcast!
A voice from out the Future cries,
"On! on!"- but o'er the Past
(Dim gulf!) my spirit hovering lies
Mute, motionless, aghast!

For, alas! alas! me
The light of Life is o'er!
"No more- no more- no more-"
(Such language holds the solemn sea
To the sands upon the shore)
Shall bloom the thunder-blasted tree
Or the stricken eagle soar!

And all my days are trances,
And all my nightly dreams
Are where thy grey eye glances,
And where thy footstep gleams-
In what ethereal dances,
By what eternal streams.

Edgar Allan Poe

marzo 17, 2016

marzo 08, 2016

Mujeres

decir que esa mujer era dos mujeres es decir poquito
debía tener unas 12397 mujeres en su mujer /
era difícil saber con quién trataba uno
en ese pueblo de mujeres / ejemplo:

yacíamos en un lecho de amor /
ella era un alba de algas fosforescentes /
cuando la fui a abrazar
se convirtió en singapur llena de perros que aullaban /
          recuerdo
cuando se apareció envuelta en rosas de aghadir /
parecía una constelación en la tierra /
parecía que la cruz del sur había bajado a la tierra /
esa mujer brillaba como la luna de su voz derecha /

como el sol que se ponía en su voz  /
en las rosas estaban escritos todos los nombres de esa
          mujer menos uno /
y cuando se dio vuelta / su nuca era el plan económico /
tenía miles de cifras y la balanza de muertes favorables
a la dictadura militar / o sea

nunca sabía uno adónde iba a parar esa mujer /
yo estaba ligeramente desconcertado / una noche
le golpié el hombro para ver con quién era
y vi en sus ojos desiertos un camello / a veces

esa mujer era la banda municipal de mi pueblo
tocaba dulces valses hasta que el trombón empezaba
           a desafinar /
y los demás desafinaban con él /
esa mujer tenía la memoria desafinada /

usté podía amarla hasta el delirio /
hacerle crecer días del sexo tembloroso /
hacerla volar como pajarito de sábana /
al día siguiente se despertaba hablando de malevíc /

la memoria le andaba como un reloj con rabia /
a las tres de la tarde se acordaba del mulo
que le pateó la infancia una noche del ser /
ellaba mucho esa mujer y era una banda municipal /

la devoraron todos los fantasmas que pudo
alimentar con sus miles de mujeres  /
y era una banda municipal desafinada
yéndose por las sombras de la placita de mi pueblo /

yo / compañeros / una noche como ésta que
nos empapan los rostros que a lo mejor morimos /
monté en el camellito que esperaba en sus ojos
y me fui de las costas tibias de esa mujer /

callado como un niño bajo los gordos buitres
que me comen de todo / menos el pensamiento
de cuando ella se unía como un ramo
de dulzura y lo tiraba en la tarde /

Juan Gelman

marzo 01, 2016

La muerte es provisoria, pero la vida está definitivamente aquí,
aunque todo indique lo contrario:
en el gusto que el café deja en la boca,
en la brasa que se consume sobre el cenicero,
en el rugido de los automóviles, más allá de la ventana,
y también en la memoria que gira en sentido contrario a las agujas del reloj,
/contradice a las aves migratorias, sube escalera abajo/
y se salva de la destrucción.
Pero el misterio es éste: lo que se rompe tiende a recomponerse,
lo disperso a juntarse
y a unirse lo que nunca ha tenido relación.
No se trata ya de la unidad,
sino de quién pega los pedazos:
como está la cicatriz en el centro de la herida,
el remiendo en el secreto de la tela,
o el sentido de este café, que no está en ninguna mesa
/sino en el camarero que, al desplazarse, integra.
El misterio de la dispersión
consiste en que no hay dispersión:
cada uno, aún a su pesar, termina estando en su sitio.


Santiago Sylvester
Café Bretaña