febrero 22, 2010

Antes

Vi que era una plaza, como tantas otras plazas. Y en ella había un columpio, como tantos otros. En el columpio había una niña que se reía. Como tantas otras niñas que se ríen. Como solías reírte vos.

Me pregunté entonces por qué cuando pude no me hice pequeño y enterré en tu zapato. Por qué no te arranqué esos pedazos de atardecer que guardabas en tu bolso de peluche y ni me los quedé para recordarte ahora.

Imaginá mi sorpresa cuando levanto los ojos y una niña me ofrece su columpio con aire de superioridad. Yo la miro, inquisitivo, y sonrío pensando en vos…

Mi mundo diminuto se expande para abarcar una plaza más, como tantas otras plazas; esta plaza, este columpio, esta niña. Este atardecer con olor a usado. Como tantos otros atardeceres. Y esta sonrisa nacarada de niña que ya creció.

Es cuando me miro las manos y me doy cuenta… cuántas arrugas han dejado los años. Y, medio aturdido, me encuentro sin saber cuándo se me han pasado.




Anna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario