marzo 08, 2011

...y entonces me dieron ganas de llorar. Llorar por todo, por nada… es lo mismo.

Llorar por el pedacito de este mundo que me ha tocado. Llorar por la miseria que me encuentro en cada rincón oscurito que a veces olvido limpiar. Llorar por mí, porque soy tan egoísta que aún llorando tu pena lloro por mí.

Qué vida puta.

Pasársela buscando, buscando siempre buscando. Y al final, sólo volver. A ese rinconcito sucio. A conformarnos con lo que hay.

Lo de más allá siempre fue peor.


Anna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario