septiembre 13, 2014

Ya sé qué me vas a decir: lo sabías.
Y vos sabés lo que te iba a decir yo.
Porque es verdad que ya ni hacer el amor podíamos,
nuestras pieles repetían
nuestras mismas heridas
¿no teníamos escrito el fin de nuestros días
en el cuerpo?

Lo cierto es que
me quedaron tantas cosas por decirte.
Tantas puteadas.

No te perdono.
No me perdonés vos.
Ahora, para qué, si ya está todo perdido.
Que por lo menos el rencor
te mantenga pensando en mí.

Ya vas a encontrar
otras lunas para tu cielo, supongo.
Aunque los planetas
no orbiten de a dos.
¿Naciste para rodearte de lunas



o para girar al rededor de un sol?




Éramos tan hermosos.
Cuánto tiempo perdimos.





1 comentario: