agosto 09, 2010

Que sea verano. Que sea verano y de noche. Y que llueva. Que sea verano, de noche y que llueva. Y que estés conmigo.

Empecé a usar signos de puntuación cuando te fuiste. Creo que hasta entonces no sabía que se podían usar los puntos suspensivos para no terminar una frase. No sabía que a veces hay frases que no se pueden terminar.

Todavía me olvido de cerrar las ventanas y de ponerle azúcar al café. Todavía leo Sbarra de noche y me despierto antes de llegar al final del camino que te trae de vuelta hasta mí.

Que sea verano. Así estamos afuera, y estamos desnudos, y así estamos bien. Que sea verano y de noche, de noche y que llueva, así nos mojamos la piel y estamos bien. Que llueva, que llueva mucho, así no podés irte a tu casa con la excusa de una tardanza que a nadie le importa. Así te quedas conmigo, y así estemos bien.

La parada de colectivo que nunca debiste tomar y en la que te dejaste un sombrero negro que yo rescaté del invierno. Una canción que me descose las sábanas con los versos que yo debí haber escrito. Para vos.

Que sea verano.




Anna. 
Al mejor estilo José Sbarra.

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