diciembre 31, 2015

Qué raro despedir el año y que no estés.
Qué raro mirar el mar
de la misma ventana, mirar el mar,
y que no estés.
Que no estés ni siquiera allá lejos,
o acá cerca,
aunque de seguro estás en algún lugar
bajo este mismo cielo,
este enorme, nublado, indiferente cielo.
Qué raro dormir y soñarte,
soñarte y despertar,
despertar y que no estés.
Qué raras las caras de las mismas personas
que ya no son las mismas
si no estás.
Qué raro mi cuerpo, visto en el espejo
con los mismos ojos
de hace un año atrás.
Qué raros estos fuegos artificiales,
este brindis,
todos estos buenos deseos,
este feliz año nuevo,
esta vida a futuro (¿futuro?).
Qué raro seguir viviendo y que no estés.

Anna.

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