septiembre 17, 2010

Infinito

Su sonrisa es como una ida y una vuelta, en dos hileras de trenes con vagones blancos. Cuando me mira y sonríe, la sangre se me amontona en las venas como copos de azúcar sin diluir, y las palabras se me caen de la boca como atraídas por la gravedad.

Qué ganas de invitarte a tomar la luna con cuchara de helado.

Qué ganas de agarrarte la mano y perdernos como Alicia en nuestro mundo cuando todos duerman.Qué ganas de no volver más.

Su sonrisa son horas de insomnio voluntario en el garaje, en una escalera o en la plaza de otra provincia. Su sonrisa es ventana, es puente, es torre. Su sonrisa es.

Qué ganas, amor, qué ganas.



Anna.

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