La fiebre de un sábado azul
y un domingo sin tristezas
esquivas a tu corazón
y destrozas tu cabeza.
Y en tu voz,
sólo un pálido adiós.
Y el reloj
de tu puño marcó
las tres.
El sueño de un sol y de un mar
y una vida peligrosa
cambiando lo amargo por miel
y la gris ciudad por rosas
te hace bien
tanto como hace mal,
te hace odiar
tanto como querer
y más.
Cambiaste de tiempo y de amor
y de música y de ideas
cambiaste de sexo y de dios
de color y de frontera
pero en sí
nada más cambiarás,
y un sensual
abandono vendrá
y el fin.
Y llevas el caño a tu sien
apretando bien las muelas.
Y cierras los ojos y ves
todo el mar en primavera...
¡Bang! ¡bang! ¡bang!
Hojas muertas que caen.
Siempre igual...
los que no pueden más
se van.
Charly García,
Serú Girán
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