Te busqué de noche,
te invoqué en mis sueños,
te llamé con enfermiza insistencia
para que vinieras a mí.
Extrañé tu risa,
tus manos torpes,
extrañé tu calor pegajoso y dulce.
Extrañé tu corazón tibio.
Y vos estabas taaaaaaaaaaaaaaaaan lejos.
Y vos estabas taaaaaaaaaaaaaaaaan lejos.
Que incluso aunque grité tu nombre no me oíste.
Aunque lo llamé a gritos, ni siquiera mis sueños pudieron convencerte.
Vos no me necesitabas como yo,
corazón tibio.
Te decías apasionado, pero en realidad vivías sin fuego en el alma.
Y a mí, que me reclamabas
mi nombre mojado,
mi abrazo con lluvia,
me dejaste la hoguera húmeda sobre las sábanas.
Me reclamaste no amarte
Me reclamaste no amarte
en blanco y negro,
me creíste incapaz de entregar.
Inútil para creer.
Y a mí que me reclamabas.
Y a mí que me reclamabas.
Mi pasión quedó dormida
como un tigre mientras llueve.
Lejos, taaaan lejos tuyo,
sin una chispa que la hiciera crecer.
Quedó escondida
bajo las cenizas de antiguas derrotas,
apagadas,
sobre la cama.
Anna.
Cuando nos falta el amor es cuando más lo sentimos,lo esperamos,lo anhelamos,somos hielo que se derrite con las palabras.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo.