- ¿Sabés por qué los psicólogos están tan de moda? -me preguntó, indiscreto.
- No. ¿Por qué?
- Pues porque la gente está loca porque la escuchen. Tan, tan loca, que están dispuestos a pagar por ello.
Mi oso de peluche era amarillo. Estaba viejo y descocido, pero era mío. A mi oso de peluche amarillo le gustaba dormir conmigo, y de mañana yo le contaba mis sueños.
A mí mamá nunca le gustó, porque me lo había regalado una persona a la que ella no quería.
- ¿Y por qué nadie escucha?
- Porque se han olvidado cómo se hace...
Yo amaba a mi oso amarillo. Pero mi mamá dijo que ya estaba grande para esas cosas. Un día, mi oso no estaba más.
Entonces ya no había nadie que quisiera soñar conmigo.
Anna.
Quiero un oso amarillo..
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