septiembre 29, 2010

Instantes

Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

Jorge Luis Borges

septiembre 17, 2010

Infinito

Su sonrisa es como una ida y una vuelta, en dos hileras de trenes con vagones blancos. Cuando me mira y sonríe, la sangre se me amontona en las venas como copos de azúcar sin diluir, y las palabras se me caen de la boca como atraídas por la gravedad.

Qué ganas de invitarte a tomar la luna con cuchara de helado.

Qué ganas de agarrarte la mano y perdernos como Alicia en nuestro mundo cuando todos duerman.Qué ganas de no volver más.

Su sonrisa son horas de insomnio voluntario en el garaje, en una escalera o en la plaza de otra provincia. Su sonrisa es ventana, es puente, es torre. Su sonrisa es.

Qué ganas, amor, qué ganas.



Anna.

No saben.

- ¿Sabés por qué los psicólogos están tan de moda? -me preguntó, indiscreto.
- No. ¿Por qué?
- Pues porque la gente está loca porque la escuchen. Tan, tan loca, que están dispuestos a pagar por ello.

Mi oso de peluche era amarillo. Estaba viejo y descocido, pero era mío. A mi oso de peluche amarillo le gustaba dormir conmigo, y de mañana yo le contaba mis sueños.
A mí mamá nunca le gustó, porque me lo había regalado una persona a la que ella no quería.

- ¿Y por qué nadie escucha?
- Porque se han olvidado cómo se hace...

Yo amaba a mi oso amarillo. Pero mi mamá dijo que ya estaba grande para esas cosas. Un día, mi oso no estaba más.

Entonces ya no había nadie que quisiera soñar conmigo.




Anna.